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Echeverría Izquierdo llega a Bolivia, participa en la extensión del metro en Lima y pone el foco en viviendas para la clase media

La firma redefinió su estrategia el año pasado. Uno de los planes es que el área inmobiliaria aumente su «peso». Hoy representa cerca del 5% y en 2018 llegará aproximadamente al 16% de las ventas totales.

EL MERCURIO

Es una de las siete constructoras abiertas en la bolsa local y fue la penúltima en debutar en esa plaza. Echeverría Izquierdo, compañía fundada por los hermanos Fernando y Bernardo Echeverría y Álvaro Izquierdo, a quienes se unió Darío Barros en los 90, se apresta a cumplir tres años desde que se abrió a la bolsa y en este período ha marcado varios hitos.
Dos de los más significativos son que profundizó su presencia en Perú, a través de un subcontrato en la extensión del metro de Lima y además este año puso sus pies en Bolivia.
El principal negocio de esta firma es el montaje industrial, en simple, la construcción de grandes plantas industriales para terceros. La compañía tiene además un área inmobiliaria, cuyo «peso» en los ingresos totales crecerá en los próximos años.

El metro, una termoeléctrica, oficinas y estacionamientos… los ojos puestos en Perú
Es una economía que ha mostrado un desempeño sobresaliente en los últimos 15 años. Con un PIB cercano a los US$ 200 mil millones, menor al de Chile, pero con 30 millones de habitantes, entre ellos una pujante clase media, Perú es el mercado internacional más atractivo para Echeverría Izquierdo.
El plan es potenciar todas sus unidades de negocios allí, partiendo por una nueva línea del metro de Lima. El metro es un proyecto que el gobierno peruano inició en los ochenta, que postergó por crisis económicas y que retomó en 2009. En la actual expansión Echeverría Izquierdo actúa como subcontratista, a través de su filial Pilotes Terratest.
Se suma un variopinto grupo de iniciativas en el vecino país: el montaje de una central termoeléctrica de ciclo abierto de gas en Mollendo, en el sur de Perú, y la ampliación de una refinería en la localidad de Talara (del área de fundaciones profundas), en el norte del país. Además, tiene una fuerte actividad inmobiliaria en la capital: construye su tercer edificio de oficinas en San Isidro (con socios locales), inciará la construcción de un edificio de departamentos en el distrito Jesús María, y desarrolla estacionamientos subterráneos en Miraflores.

Siguen avanzando en la región: este año arribaron a Bolivia
En agosto de 2012, Echeverría Izquierdo hizo su debut en la bolsa local y hasta ahora el valor de su acción ha mantenido un camino «estable», dice Fernando Echeverría, socio y presidente del directorio de la compañía.
Esta apertura significó pasar de ser una empresa tradicionalmente manejada por tres familias socias «a una compañía más estructurada y madura en la toma de decisiones», que incorporó en su propiedad a nuevos socios, especialmente inversionistas institucionales, como fondos de inversión y family office.
También les permitió «ahondar» en la expansión internacional, un proceso lento que requiere de mucho capital, reconoce Fernando Echeverría. Hoy operan en Chile, Perú, Colombia, Brasil, Argentina, y este año acaban de instalarse en Bolivia, país al que llegaron sin socios locales y donde están haciendo una obra de su filial Pilotes Terrates, que participa en el área de fundaciones profundas.
Pese a la compleja coyuntura económica local, Echeverría Izquierdo mantiene un resultado positivo debido a su diversificación en cinco países y distintas áreas de negocios: Obtuvo utilidades por $1.902 millones a marzo, en comparación con los $547 millones que obtuvo el primer trimestre de 2014.

Pese a la desaceleración, tienen contratos por US$405 millones
Echeverría Izquierdo proyecta aumentar sus ventas en cerca de 10% este año, pese a la desaceleración. Los resultados estarán empujados por las áreas de montaje y de mantención industrial, de obras civiles (principalmente el metro de Santiago) y por el auge de las ventas inmobiliarias previo a los cambios impositivos, dice Fernando Echeverría.
La proyección de ventas se funda en un backlog, o proyectos contratados y que están por ejecutar, que asciende a US$405 millones, una cifra inédita para la firma.
Algunos de los proyectos «estrella» son la construcción de las nuevas líneas del metro de Santiago, especialmente la Línea 6, donde se adjudicaron el desarrollo de más de 9 kilómetros de túnel con su socia española Obras Subterráneas; un contrato para varias estaciones del metro de Lima (ver relacionado); uno de mantención industrial para Codelco, con su filial Nexxo (firma donde comparten propiedad con la familia Jander) y, una obra «llave en mano» en la central Bocamina de Endesa.

Ventas se duplicarán por empuje del área inmobiliaria y de montaje industrial
El año pasado Echeverría Izquierdo reformuló su estrategia de negocios. Se propuso invertir cerca de $200 mil millones en los siguientes cinco años, con miras a duplicar sus ventas, y pasar así de $216 mil millones en 2014 a una meta de ventas de $493 mil millones en 2018.
Una de las áreas que crecerá con mayor fuerza es la inmobiliaria, que el año pasado representó el cerca del 5% y que en 2018 llegaría a cerca del 16% de las ventas totales. ¿La razón? Tienen «ventajas en costos», según Fernando Echeverría, que aprovecharán; por ejemplo, un área constructora y una inmobiliaria.
«Haremos una fuerte inversión en viviendas de sectores medios en grandes ciudades como Santiago -en las comunas de San Miguel, Macul y Ñuñoa, entre otras-, Viña del Mar y Concepción. Y, en Lima, donde actuamos con un socio local, pero ya estamos iniciando algunos proyectos solos», explica.
Pese a que en la industria vaticinan que en los próximos años se encarecerán los precios de las viviendas y caerá la demanda por efectos de los cambios tributarios, Fernando Echeverría está optimista: «Es cierto que se va a poner más difícil y que las velocidades de venta van a bajar, pero todavía hay un grupo de gente del sector medio que tiene carencias de viviendas muy grandes, que ha subido sus ingresos en los últimos años en forma muy importante y que quiere vivir en un sector más seguro, más cercano, con menores tiempos de traslado, con mayor infraestructura», señala.
El plan a 2018 también contempla una fuerte expansión en el área de montaje industrial, la principal actividad de la empresa. Por ejemplo, están finalizando una instalación para Antofagasta Minerals en la minera Esperanza y, en Brasil, hacen obras en el área de la celulosa para CMPC. Dentro del área de montaje industrial están los proyectos «llave en mano» (o EPC), que desarrollan con la filial Parés y Álvarez, que a su vez, acaba de terminar un terminal de gas licuado para Oxiquim en Quintero.
La estrategia incluye potenciar la actividad de mantención industrial (reparaciones permanentes en plantas industriales) a través de la filial Nexxo; y la presencia internacional de toda la firma.

Relación entre accidentabilidad y productividad
Un índice que es de importancia mayor en el rubro de la construcción es el de accidentabilidad de los trabajadores. En 2014, la Cámara Chilena de la Construcción premió a la filial de Montajes Industriales de Echeverría Izquierdo, donde trabajan 4 mil trabajadores del total de 7 mil que tiene la compañía.
Esta área recibió la distinción seis estrellas en prevención de riesgos, que significa que en cinco años ha tenido índices de prevención de riesgos muy satisfactorios, sin ningún accidente fatal ni que implique lesiones incapacitantes para sus trabajadores, explica Fernando Echeverría. «No hay ninguna empresa en Chile, que se cotice en la bolsa de Santiago, que tenga este premio», recalca.
Además de lo que implica desde el punto de vista ético, Echeverría destaca: «A menor índice de accidentabilidad mayor productividad».
El principal cliente de esta empresa, el sector minero, de hecho, prioriza muchas veces la seguridad por sobre lo económico, asegura. Es decir, si una minera recibe ofertas de dos constructoras, seguramente se inclinará por la que tiene mejores índices aunque su oferta sea un poco más cara, agrega.